martes, 10 de abril de 2012




78 campañas en las que el marketing de guerrilla saca toda su artillería

Bueno, bonito y barato. Así podría definirse el marketing de guerrilla. Bueno porque sorprende al consumidor, bonito porque es ingenioso y barato porque logra meterse al cliente en el bolsillo sin necesidad de tirar de talonario.
El marketing de guerrilla se sale de la norma y, gracias a su innata rebeldía, conecta con un consumidor demasiado “maleado” en ocasiones por la publicidad convencional. Para demostrar la eficacia de esta fórmula, Francesco Mugnai recopila en su blog varias campañas que explotan el lado más creativo del marketing de guerrilla:

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