ESPACIOS COMERCIALES, Rota (Cádiz) Para mis alumn@s

El grito de Benetton'... Escandalosos por naturaleza

Si hay una marca que destaca por utilizar la 'polémica' como argumento, esa es Benetton.

A estas alturas, no creo que haya mucha gente a la que las transgresoras campañas de la marca italiana, no le haya 'sacado los colores' en alguna ocasión.

Independientemente de la polémica puntual, la utilización magistral del publicitario tópico del 'puñetazo en el ojo', se ha convertido en el santo y seña que identifica, distingue y posiciona a Benetton. Unaestrategia de creación de marca que a lo largo de los años, ha demostrado ser tan arriesgada como eficaz.

Bajo el objetivo de luchar contra la indiferencia, sus responsables de marketing han capeado -en la mayoría de las ocasiones- con soltura, las críticas que despertaba la radicalidad de sus mensajes...

Unos mensajes mudos, en los que la imagen -y su simbología- sirve como único argumento, y en los que el buzz político/social generado, se encarga de sustituir la ausencia de un a la vista innecesario, copy.

A pesar de tanto ruido sostenido en el tiempo, la trayectoria de la marca ha demostrado su pertinencia, haciendo válida la estrategia de la polémica. Hasta el punto que si Benetton decidiera girar hacia un planteamiento más 'convencional', probablemente abriría una nueva 'caja de pandora' de reproches; en esta ocasión promovidos por aquellos que siempre les han apoyado, y cuya fidelidad ha permitido consolidar la fortaleza de la marca.

Dudo que así sea. Y como muestra, nada mejor que ver una nueva demostración de 'talento creativo', que pone color y estridencia a la celebración del Día de la Tierra. Un grito en defensa del medio ambiente, puesto en boca de unas flores que transforman el histrionismo creativo en un guiño 'salvaje' y oportuno.

En esta ocasión, Benetton transforma su 'puñetazo en el ojo', en un 'grito en la oreja'.

Y lo hace sin necesidad de generar una polémica innecesaria -la salud del planeta ya es lo suficientemente preocupante-... porque su habitual contundencia prevalece, lo que les permite seguir siendo'escandalosamente ruidosos'.