domingo, 26 de abril de 2009

Diferencias de inventario: las mermas


DIFERENCIAS DE INVETARIOS: LAS MERMAS.
Para definir en términos muy simples lo que significa el concepto de “diferencias de inventarios”, podemos decir que serían las diferencias resultantes entre la información obtenida directamente del inventariado en almacén, en relación con la información contable. Es decir, cuando en una empresa se va realizando el control contable de los materiales que entran en el almacén, eso sería la información que podríamos extraer de la parte contable. Pero a su vez los operarios de la empresa, mediante control físico de los materiales, también nos proporcionan información sobre el saldo de las cuentas en el almacén. Aunque la valoración de los inventarios en una fecha dada, depende también del criterio adoptado para valorar los flujos de entrada y salida de los materiales en el almacén. Pues bien, cuando estas dos fuentes de información, “física y contable”, no coinciden, diremos que existen diferencias de inventarios, las cuales pueden venir originadas por diferentes causas, como son la caducidad, la obsolescencia, los hurtos las mermas, etc. Si nos centramos en las diferencias de inventarios causadas por las mermas, comenzaremos explicando lo que este concepto significa. Las “mermas” son las pérdidas de carácter irreversible derivadas de la naturaleza de la actividad productiva en general, es decir, desde la incorporación de los materiales como inputs, hasta su salida como outputs. Estas mermas, o pérdidas irreversibles, en las cantidades de material pueden originarse por evaporación, por el sólo transcurso del tiempo, por disminución de humedad, de peso, etc.
Podemos clasificar las mermas como “normales”, las cuales no se pueden consideras como diferencias de inventarios, sino que se cargan a la producción mediante su incidencia en los materiales. Y también hay mermas “anormales”, que se calculan por separado y, a través de una cuenta especial se cancelan como pérdidas. Para su consideración contable se tiene en cuenta el momento en que producen, y de esta manera, las mermas originadas durante el proceso de fabricación formarán parte del coste de producción. Mientras que las que se produzcan en los productos terminados no formaran parte del coste de producción del producto, y en su lugar se reflejarán como una pérdida del ejercicio en que tengan lugar. Pongamos por ejemplo una empresa que se dedica a la fabricación y distribución de hojas de papel. Lo que para esta organización pudiera considerarse como merma sería que, al tener demasiado tiempo almacenadas las existencias de hojas de papel, éstas perdieran alguna de sus características, como por ejemplo un color perfectamente uniforme en todas ellas, causado por las condiciones del ambiente del almacén. Otra pérdida irreversible también sería que algunas hojas de papel se arrugasen o rompieran por su mala colocación o por un mal transporte. Estos hechos supondrían para la empresa pérdidas de carácter irreversible, puesto que no pueden volver a cambiar el color de las hojas de papel, ni arreglar las que se hayan podido romper. De esta forma se producirían diferencias en el inventario de la empresa ocasionadas por los desperfectos en sus productos, puesto que aunque la cantidad de existencias en cierta manera es la misma, hay una determinada cantidad de producto que queda inservible, las mermas.

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